México prohíbe los delfinarios y espectáculos con mamíferos marinos en todo el país

El Congreso de México aprobó por unanimidad la denominada "Ley Mincho", que reforma a la Ley General de Vida Silvestre que prohíbe el uso de mamíferos marinos —delfines, orcas, lobos marinos y focas— en espectáculos de entretenimiento y su mantenimiento en tanques de concreto. Con esta iniciativa, México se consolida como referente regional en protección animal, al poner fin a décadas de explotación de cetáceos con fines de lucro.

27 junio 2025
CDMX, México.

La Cámara de Diputados ratificó con 415 votos a favor la reforma conocida como "Ley Mincho", tras haber sido aprobada por el Senado en un primer paso. Esta modificación a los artículos 47 Bis 4, 60 Bis, 122 y 127 de la Ley General de Vida Silvestre prohíbe de manera absoluta el uso de mamíferos marinos en espectáculos públicos, así como su mantenimiento en piscinas de concreto o instalaciones cerradas. La decisión contó con el respaldo unánime de todas las fuerzas políticas, reflejo de un consenso social cada vez más crítico del cautiverio animal con fines de entretenimiento. En el pleno de San Lázaro, legisladores de oposición y del partido en el gobierno coincidieron en que México debía dar un paso definitivo para alinear su marco legal con estándares internacionales de ética ambiental.

La iniciativa recibe su nombre en memoria de Mincho, un delfín herido en 2020 durante un espectáculo en la Riviera Maya, obligado a continuar participando pese a haberse golpeado contra el concreto y perder un ojo, un suceso que provocó indignación masiva y puso el tema en la agenda legislativa.

La reforma introduce cuatro ejes centrales:

  1. Prohibición total del aprovechamiento comercial
    Ningún ejemplar de mamífero marino podrá ser objeto de espectáculos, actos de nado con el público ni actividades que impliquen acrobacias o interacción para entretenimiento o lucro.
  2. Única excepción: investigación y conservación
    Solo se permite la captura y mantenimento de cetáceos cuando sea con fines de investigación científica o conservación, siempre que esté avalado por una institución académica registrada, un protocolo autorizado por la Semarnat y sin propósitos lucrativos.
  3. Corrales marinos en lugar de delfinarios
    Los pocos ejemplares que permanezcan bajo cuidado humano deberán estar en corrales marinos abiertos al flujo natural del agua, eliminando las tradicionales albercas de concreto que dificultan la exhibición de comportamientos naturales.
  4. Sanciones y multas
    Quienes infrinjan la Ley Mincho enfrentarán multas que van de 200 a 75 000 veces la Unidad de Medida y Actualización (UMA), es decir, desde decenas de miles hasta varios millones de pesos, además de la revocación de permisos y la posible clausura de instalaciones.

La iniciativa rechaza la perpetuación de nuevos delfinarios y sella la prohibición de reproducción de mamíferos marinos en cautiverio con fines recreativos. Sin embargo, contempla un periodo de transición para evitar despidos masivos y pérdidas económicas súbitas, otorgando un plazo a los centros registrados para reconvertir sus actividades hacia la conservación, la investigación o el rescate de animales. En ese lapso, deberán presentar proyectos de diversificación y adaptación de infraestructura.

Entre las opciones impulsadas, figura la creación de “corrales marinos” y santuarios costeros, donde los cetáceos puedan pasar sus últimos años en condiciones más acordes a sus necesidades biológicas, bajo supervisión científica. Estas nuevas instalaciones abrirán oportunidades de empleo en biología marina, veterinaria especializada y ecoturismo de bajo impacto.

La "Ley Mincho" coloca a México junto a países como Costa Rica, Chile y Canadá, que ya han limitado o prohibido el cautiverio de cetáceos en espectáculos. Este avance contribuye a un movimiento global que reconoce los derechos de los animales a conductas naturales y su bienestar integral. Organismos como la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) respaldan la creación de santuarios marinos en lugar de instalaciones de entretenimiento, subrayando que el entorno natural, aun con apoyo humano, es más beneficioso para la salud física y mental de los cetáceos.

“Esta reforma es el fruto de años de presión ciudadana y del trabajo conjunto entre ONG, científicos y activistas”, afirma Arturo Berlanga, director de AnimaNaturalis México. “Ahora debemos garantizar que la ley se implemente con transparencia, velando por cada uno de los animales afectados y apoyando la reconversión de los trabajadores”, añade.

Berlanga resalta que, para AnimaNaturalis, la "Ley Mincho" no es un punto final, sino el inicio de un nuevo modelo de conservación ética, donde la educación ambiental y el ecoturismo responsable sean pilares para proteger la vida silvestre marina.

La implementación de la Ley Mincho requerirá:

  • Protocolos claros para la reubicación de cetáceos en corrales marinos.
  • Capacitación y reinserción laboral de miles de trabajadores del sector turístico.
  • Inversión pública y privada para la construcción de santuarios y centros de investigación.
  • Monitoreo permanente de las condiciones de salud física y conductual de los animales.

Estos retos se presentan como oportunidades para impulsar la investigación marina, el ecoturismo sostenible y la creación de empleos especializados en biología y conservación.

Con la promulgación de la "Ley Mincho", México envía un mensaje claro: el bienestar animal y la ética en la relación humano–animal tienen prioridad sobre el lucro fácil. Esta reforma no solo protege a los cetáceos actuales, sino que establece un precedente para futuras legislaciones en materia de vida silvestre, alentando a otros países de la región a seguir el mismo ejemplo. Conesta ley concluye una era de entretenimiento cruel y se abre un capítulo de respecto y conservación para los mamíferos marinos en México. Este avance, largamente esperado por la sociedad civil y los expertos, marca un antes y un después en la historia del bienestar animal en nuestro país.

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